sábado, 25 de diciembre de 2010
LA ANTIGUA VILLAFRANCA DE CÓRDOBA
MEMORIA TABERNARIA JOSÉ GÓMEZ
Quienes no han conocido la época en la que proliferaron las tabernas de los pueblos, difícilmente pueden entender su razón de ser. En los años difíciles de la posguerra y decenios posteriores, en cualquier esquina, plaza o calle mínimamente concurrida aparecía una taberna. La gente necesitaba de estos lugares para expandirse, para huir de la mediocridad de una vida marcada por las carencias.
Eran tantos los establecimientos expendedores de bebidas, principalmente vino y aguardiente, que cualquiera podía acercarse a ellos, desde la madrugada en la que abrían sus puertas para despachar el aguardiente a granel a los trabajadores que salían al campo. Por este motivo, muchas de las tabernas se ubicaban a la salida de los pueblos, en el lugar idóneo para ofrecer su servicio. Aunque no faltaban ventorrillos en el campo para la población diseminada que era muy numerosa. Con el bienestar, muchos de aquellos establecimientos fueron desapareciendo. Algunos intentaron adaptarse a los nuevos tiempos, sin éxito la mayoría de las veces. El tiempo ha engullido a hombres y tabernas y los ha condenado al olvido.
Articulo realizado por: Antonio Molina Segado
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