Los Piconeros
Habrá personas a las que no
le diga nada la palabra PICÓN, pues hay que tener más de 40 años para haber
conocido en las casas españolas los braseros, colocados en las mesas-camillas y
alimentados por un carbón vegetal hecho con ramas de encina, jara o pino.
Aún hoy se encienden braseros en nuestros pueblos, en particular por esas
personas mayores, a las que no les da la gana adaptarse a las modernas calefacciones
de fuel-oil, gas o electricidad.
De vez en cuando hay que mirar al pasado.
Los piconeros apilan las finas ramas de encina y,
cuando la pira está preparada, se enciende generalmente con una
"abulaga" o "ardevieja".
A continuación se va echando el monte más gordo hasta que prende bien; luego el
más fino y ligero, pues ya la candela puede al hombre
Después de 5 ó 6 horas, se
apagan las brasas con agua y tierra para detener la combustión.
Cuando el picón se enfría, y se comprueba que está apagado, se mete en sacos y
se transporta del campo al pueblo.
La figura del piconero, ya
casi desaparecida, tuvo gran raigambre hasta mediados del siglo XX.
¡Duro oficio éste!
Cuando regresaban a sus casas los esperaba la olla familiar. Mientras reponían
las gastadas fuerzas, confiaban a sus hijos y a sus mujeres la venta de lo que
consiguieron con tanto esfuerzo: Ese carbón menudo llamado picón.
Siento una viva emoción al recordarlos y desde aquí les expreso mi admiración y
agradecimiento por todo el frío que me han quitado en los terribles y crudos
inviernos de Extremadura.
Viene a colación esta entrada
porque Vicente ha ido hoy a hacer picón. Para é
cualquier excusa es buena para
pasar un día en el campo.
Con el picón que me traiga encenderé braseros durante los días de la próxima
Navidad.El agradable ambiente que desprenden no lo cambio por ninguna de la
modernas maneras de quitarse el frío.