sábado, 22 de marzo de 2014

(Código postal 14280 Belalcazar de Córdoba)


                            Castillo de los Sotomayor   


El Castillo de los Sotomayor se encuentra situado sobre un promontorio a las afueras del pueblo, es sin duda alguna la construcción más espectacular de Belalcázar.
La torre del homenaje, de unos 45 metros de altura y 17 de lado, es ciertamente impresionante. La piedra que la conforma está detallada y artísticamente trabajada realzando así los garitones que la culminan junto al escudo de los Sotomayor y la cadena labrada que bordea toda la torre en referencia Los Zúñiga. Las labores que decoran el cuerpo del palacio plateresco (añadido en el siglo XVI) pueden observarse en la esquina orientada hacia el pueblo.
Otras 7 grandes torres de granito acompañan a la del homenaje, constituyendo en conjunto una espléndida y colosal fortaleza a la que no se tiene acceso al interior.

miércoles, 19 de marzo de 2014

La fotografía de Semana Santa perabeña más antigua encontrada



La siguiente fotografía salió por primera vez a luz en la Primera Exposición de Fotografías Antiguas de Pedro Abad. El propietario de esta magnífica instantánea era D. Matías Prieto Muñoz. Y si observamos con atención se puede apreciar como era la Plaza Andalucía antes de construir “El Paseo” con el suelo empedrado. De ahí se ha deducido que la fotografía es anterior al año 1927.
Otro aspecto interesante se encuentra en la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, más pequeño que el actual, además de encontrarse en una posición más inclinado. Una característica de esta imagen es que también tenía pelo natural, y como se ve custodiado por los romanos.
Si seguimos observando, podemos ver con toda claridad a los romanos situados en fila a la altura de la calle Barranco, con sus picas y escudos.
 De frente tenemos a las imágenes de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Evangelista, que como a Nuestro Padre Jesús es portado en parihuelas.

El antiguo horno a leña, para coser el pan



Hoy en día es difícil acceder a una de aquellas panaderías tradicionales donde podíamos comprar el pan recién hecho horneado a leña, el ritmo de la vida y la industrialización han apartado en numerosos lugares aquellos hornos que nos proveían de un pan sabroso y crujiente.
Todavía quedan pueblos en los que el pan se elabora de manera tradicional, con su aroma y sabor a pleno rendimiento,
 Es una lástima, tras haber hablado con los dueños de algunos de estos hornos de pan tradicionales, vemos que antes o después terminarán por adoptar el nuevo sistema, el pan pre cocido, elaborado industrialmente y preparado para descongelar y terminar de cocer.

Nos contaron que el mayor rendimiento de los hornos se producía en verano, con la afluencia de veraneantes, pero durante el resto del año las ganancias estaban bajo límites, ya que la población del pueblo era escasa y no compensaba realizar tanto trabajo además del gasto de leña que suponía.
Todavía algunos pueblos donde los propietarios de los hornos de pan luchan por mantener a flote un estilo de vida tradicional que ofrece el auténtico, sabroso y crujiente pan. ¿Conoces tú alguno de estos hornos?
Hoy en día es difícil acceder a una de aquellas panaderías tradicionales donde podíamos comprar el pan recién hecho horneado a leña, el ritmo de la vida y la industrialización han apartado en numerosos lugares aquellos hornos que nos proveían de un pan sabroso y crujiente.
Todavía quedan pueblos en los que el pan se elabora de manera tradicional, con su aroma y sabor a pleno rendimiento,


 Es una lástima, tras haber hablado con los dueños de algunos de estos hornos de pan tradicionales, vemos que antes o después terminarán por adoptar el nuevo sistema, el pan pre cocido, elaborado industrialmente y preparado para descongelar y terminar de cocer.

Nos contaron que el mayor rendimiento de los hornos se producía en verano, con la afluencia de veraneantes, pero durante el resto del año las ganancias estaban bajo límites, ya que la población del pueblo era escasa y no compensaba realizar tanto trabajo además del gasto de leña que suponía.
Todavía algunos pueblos donde los propietarios de los hornos de pan luchan por mantener a flote un estilo de vida tradicional que ofrece el auténtico, sabroso y crujiente pan. ¿Conoces tú alguno de estos hornos?