Hoy en día es difícil
acceder a una de aquellas panaderías tradicionales donde podíamos comprar el
pan recién hecho horneado a leña, el ritmo de la vida y la industrialización
han apartado en numerosos lugares aquellos hornos que nos proveían de un pan
sabroso y crujiente.
Todavía quedan pueblos
en los que el pan se elabora de manera tradicional, con su aroma y sabor a
pleno rendimiento,
Es una lástima, tras haber hablado
con los dueños de algunos de estos hornos de pan tradicionales, vemos que
antes o después terminarán por adoptar el nuevo sistema, el pan pre cocido,
elaborado industrialmente y preparado para descongelar y terminar de cocer.
Nos contaron que el mayor rendimiento de los hornos se producía en verano,
con la afluencia de veraneantes, pero durante el resto del año las ganancias
estaban bajo límites, ya que la población del pueblo era escasa y no compensaba
realizar tanto trabajo además del gasto de leña que suponía.
Todavía algunos
pueblos donde los propietarios de los hornos de pan luchan por mantener a flote
un estilo de vida tradicional que ofrece el auténtico, sabroso y crujiente pan.
¿Conoces tú alguno de estos hornos?
Hoy en día es difícil
acceder a una de aquellas panaderías tradicionales donde podíamos comprar el
pan recién hecho horneado a leña, el ritmo de la vida y la industrialización
han apartado en numerosos lugares aquellos hornos que nos proveían de un pan
sabroso y crujiente.
Todavía quedan pueblos
en los que el pan se elabora de manera tradicional, con su aroma y sabor a
pleno rendimiento,
Es una lástima, tras haber hablado
con los dueños de algunos de estos hornos de pan tradicionales, vemos que
antes o después terminarán por adoptar el nuevo sistema, el pan pre cocido,
elaborado industrialmente y preparado para descongelar y terminar de cocer.
Nos contaron que el mayor rendimiento de los hornos se producía en verano,
con la afluencia de veraneantes, pero durante el resto del año las ganancias
estaban bajo límites, ya que la población del pueblo era escasa y no compensaba
realizar tanto trabajo además del gasto de leña que suponía.
Todavía algunos
pueblos donde los propietarios de los hornos de pan luchan por mantener a flote
un estilo de vida tradicional que ofrece el auténtico, sabroso y crujiente pan.
¿Conoces tú alguno de estos hornos?